Almacenamiento
Una vez que el CO2 ha sido capturado y se ha transportado llega al punto de almacenamiento en unas condiciones similares al estado líquido, caracterizadas por su alta densidad frente al CO2 gaseoso. Con el objeto de poder almacenarlo a esta alta densidad, el almacenamiento geológico se lleva a cabo en una formación geológica profunda (profundidad superior a 800 metros) y adecuada (roca muy porosa y permeable, denominada “roca almacén”, a su vez recubierta por una “roca sello” que impide su desplazamiento hacia la superficie; garantizando su aislamiento, ya que la roca absorbe el CO2 líquido en sus poros).
Cortesía de ZEP
Tipos de almacenamiento
Los sitios geológicos más relevantes por abundancia y capacidad para almacenar CO2 son:
- Acuíferos salinos profundos: rocas sedimentarias porosas y permeables que contienen agua salada, estructuralmente aisladas y no aprovechables como recurso hídrico.
- Yacimientos de petróleo y gas: agotados o en vías de agotamiento, bien conocidos por su historial de exploración y explotación y con acceso mediante instalaciones existentes.
- Capas de carbón profundas: el carbón adsorbe gases en la superficie de poros y fracturas. Se trata de aprovechar su elevado volumen de poros en capas de carbón no minables, compatibilizando el almacenamiento de CO2 con el aprovechamiento del metano contenido en las capas.
Si desea información mas detallada sobre el almacenamiento de CO2 pude consultar el monográfico de la Plataforma Española del CO2 “Almacenamiento de CO2: tecnologías, oportunidades y expectativas”.
Planta de Investigación en Suelos con CO2, PISCO2
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PTR2020-001224